El nuevo propietario del edificio Emanuel Oppel abrí, en 1924, un lujoso hotel, que, poco después, se volvió el centro de la vida social y cultural de Praga. La gran popularidad del hotel, entre las personalidades de la época, es evidente y no solamente por el hecho que, entre los primeros huéspedes se registrara Josephine Baker, sino también por la circunstancia que dos de los salones han sido dedicados a dos importantes personalidades (la cantante de opera Emma Destinová y su compañero de trabajo el cantante de opera Enrico Caruso).